Alejandra
Broglia tardó casi 1 hora y 40 minutos en cruzar el Estrecho San Carlos en
aguas a 12 grados de temperatura, y así logró cumplir el sueño de unir a las
Islas Malvinas a nado y se convirtió en la primera mujer en lograr esta hazaña.
El
hecho le tomó 1 hora y 36 minutos para completar un trayecto de 5,6 kilómetros.
Cabe destacar, que las aguas del sur no pasan de los 12° C y la fuerte
preparación previa que tuvo que tener la nadadora. Entrenamiento en aguas
abiertas, conseguir permiso del gobierno de las islas, contratar seguros y un
nadador de rescate en caso de emergencias, concertar pasajes de avión, entre
otras cosas.
“Son desafíos de superación personal”,
le comentó Broglia a La Nación. “Me
encanta planificar el viaje desde el inicio, investigo mucho antes de ir a un
lugar, leo, busco información en Internet, los lugares de nado, la fauna, y
cómo llegar y cuál es la mejor fecha para hacerlo”, recalcó sobre su
pasión aventurera que la acompaña desde sus primeros años.
Alejandra
fue nadadora federada en Córdoba y también integró la selección nacional. Comenzando
en piletas, llegó a las aguas abiertas pasando por el río Gallegos y después al
Lago del Desierto. Más tarde, como logros personales, buscó hacer cosas
inéditas. De esta manera, diagramó, tres nados: el cruce al Lago del
Desierto, el cruce al Estrecho de Magallanes y el doble cruce al Canal de
Beagle en 2015. Y el año pasado completó el cruce de los lagos Posadas y
Pueyrredón, en Santa Cruz. Todo sirvió para preparar el cruce en las Malvinas.
Además
de los permisos requeridos por el gobierno isleño, estuvieron a su lado su hija
Carolina Catellani, quien la filmó y fue su apoyo emocional y Cristian
Espínola, que ejerció el cargo de timonel, guía y rescatista. Hasta ahora el
cruce sólo había sido completado con éxito por el nadador argentino Agustín
Barletti en 2014.
“Nos embarcamos a la espera de buen tiempo.
A las 5.30 del 12 de febrero, partimos navegando hasta la isla contraria (Gran
Malvina) cruzando todo el estrecho de San Carlos en una navegación de más de
una hora. Unos 200 metros antes de la costa nos pasamos al gomón que me
acompañaría en la travesía. Allí recibí las últimas indicaciones de su nadador
de rescate, el abrazo de Caro y encaré hacia la costa entre algas para empezar
el trayecto desde el punto previsto: Jersey Point, en la isla Gran Malvina,
para llegar a Fanning Head, en la isla Soledad”, hizo memoria
Broglia sobre los detalles de su travesía.
“Este año me gustaría poder hacer otros
cruces, que sean novedosos o nunca hechos”, concluyó.
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