viernes, 23 de diciembre de 2016

Boca campeón del triangular




Un 23 de diciembre pero del 2008, Boca perdía con Tigre 1 a 0,  pero le alcanzaba para consagrarse campeón del Apertura de ese año y ver a River,  su eterno rival, último en la tabla de posiciones.


Se cumplen ocho años de unos de los títulos más expectantes y dramáticos a la vez, porque se llegó a disputar un triangular entre los tres que quedaron con la misma cantidad de puntos: San Lorenzo, Boca y Tigre.

Pero rebobinemos algunas fechas atrás, los dirigidos por Carlos Ischia empezó a mostrar un ritmo irregular en el torneo porque después de cuatros triunfos al hilo y dos empates llegaron tres derrotas consecutivas: 2-3 ante Tigre en La Bombonera, 4-1 frente a Godoy Cruz y 2 a 1 contra Estudiantes. Y se venía el superclásico en Núñez.

Una semana donde se habló de peleas internas, conflicto entre Juan Román Riquelme y el paraguayo Julio César Cáceres y más. Sin embargo, esa fecha 10 fue el semblante para que Boca volviera a tomar confianza para lograr el título. Triunfazo ante River con el gol de Lucas Viatri y se sumaron de a tres ante Rosario Central, Banfield,  San Lorenzo y Arsenal. Una derrota como local ante Vélez que ponía un poco de suspenso, aunque, respiró en las siguientes dos fechas. Luego, una igualdad y victoria con suspenso en la última fecha del campeonato, que permitió jugar el triangular con los otros dos líderes de la competencia: el Ciclón y el equipo de Diego Cagna que alcanzaban las 39 unidades y se hacía el famoso triangular.

Los goles del campeón

Allí, en el estadio Amalfitani los Matadores de Victoria y Boedo eran los que abrían la pelea por el trofeo; fue triunfo por 2 a 1 para los dirigidos de Miguel Ángel Russo. En la fecha dos, en el Cilindro de Avellaneda, San Lorenzo se jugaba todo contra el Xeneize, quien debía ganar para adjudicarse el título y lo hizo: le ganó 3 a 1 con goles de Viatri, Rodrigo Palacio y Cristian Pochi Chávez. De esta manera, se definía todo en la última en el mismo estadio pero contra Tigre. Boca – que no iba a contar con Vargas ni Juan Román Riquelme - podía consagrarse campeón con tres resultados: ganando, empatando o perdiendo por un gol de diferencia. 
En la primera parte no se sacaron ventajas y en el complemento tuvo que sufrir hasta la última jugada, porque a los 22 minutos se abrió el marcador: Matías Giménez envió un centro desde la izquierda y Lazzaro se anticipó a la floja salida de Javier García para convertir el 1 a 0. Luego de esa acción se lo vio al arquero desolado, con lágrimas en los ojos y el entrenador lo sacó. En su lugar, ingresó Josué Ayala quien no había debutado hasta en ese entonces. El equipo de Cagna fue por todo pero no logró la hazaña. La fiesta en Avellaneda se transformó en azul y oro. 

Partido final ante Tigre 

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