Un 23 de diciembre pero
del 2008, Boca perdía con Tigre 1 a 0, pero le alcanzaba para consagrarse campeón del
Apertura de ese año y ver a River, su
eterno rival, último en la tabla de posiciones.
Se cumplen ocho años de
unos de los títulos más expectantes y dramáticos a la vez, porque se llegó a
disputar un triangular entre los tres que quedaron con la misma cantidad de
puntos: San Lorenzo, Boca y Tigre.
Pero rebobinemos algunas
fechas atrás, los dirigidos por Carlos Ischia empezó a mostrar un ritmo
irregular en el torneo porque después de cuatros triunfos al hilo y dos empates
llegaron tres derrotas consecutivas: 2-3 ante Tigre en La Bombonera, 4-1 frente
a Godoy Cruz y 2 a 1 contra Estudiantes. Y se venía el superclásico en Núñez.
Una semana donde se habló
de peleas internas, conflicto entre Juan Román Riquelme y el paraguayo Julio César
Cáceres y más. Sin embargo, esa fecha 10 fue el semblante para que Boca
volviera a tomar confianza para lograr el título. Triunfazo ante River con el
gol de Lucas Viatri y se sumaron de a tres ante Rosario Central, Banfield, San Lorenzo y Arsenal. Una derrota como local
ante Vélez que ponía un poco de suspenso, aunque, respiró en las siguientes dos
fechas. Luego, una igualdad y victoria con suspenso en la última fecha del
campeonato, que permitió jugar el triangular con los otros dos líderes de la
competencia: el Ciclón y el equipo de Diego Cagna que alcanzaban las 39
unidades y se hacía el famoso triangular.
Los goles del campeón
Allí, en el estadio
Amalfitani los Matadores de Victoria y Boedo eran los que abrían la pelea por
el trofeo; fue triunfo por 2 a 1 para los dirigidos de Miguel Ángel Russo. En
la fecha dos, en el Cilindro de Avellaneda, San Lorenzo se jugaba todo contra
el Xeneize, quien debía ganar para adjudicarse el título y lo hizo: le ganó 3 a
1 con goles de Viatri, Rodrigo Palacio y Cristian Pochi Chávez. De esta manera,
se definía todo en la última en el mismo estadio pero contra Tigre. Boca – que no
iba a contar con Vargas ni Juan Román Riquelme - podía consagrarse campeón con
tres resultados: ganando, empatando o perdiendo por un gol de diferencia.
En la
primera parte no se sacaron ventajas y en el complemento tuvo que sufrir hasta
la última jugada, porque a los 22 minutos se abrió el marcador: Matías Giménez
envió un centro desde la izquierda y Lazzaro se anticipó a la floja salida de Javier
García para convertir el 1 a 0. Luego de esa acción se lo vio al arquero desolado,
con lágrimas en los ojos y el entrenador lo sacó. En su lugar, ingresó Josué
Ayala quien no había debutado hasta en ese entonces. El equipo de Cagna fue por
todo pero no logró la hazaña. La fiesta en Avellaneda se transformó en azul y
oro.
Partido final ante Tigre
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