Un 14 de diciembre pero
del 2003, el equipo que dirigía Carlos Bianchi volvía a conquistar el mundo por
tercera vez en la historia, luego de derrotar al Milán en la tanda de los
penales después de igualar 1 a 1 en los 90 minutos y seguir con el mismo
resultado en el alargue. Desde los 12 pasos, apareció el héroe de esa mañana:
Roberto Abbondanzieri.
Este miércoles se cumplen
13 años de aquella Copa Intercontinental frente al poderoso Milán que contaba con
Dida, Cafú, Pirlo, Kaká, Shevchenko y compañía. Una nueva final se comenzaba a
palpitar. El Xeneize que llegaba tras conquistar la Copa Libertadores de
América ante el Santos de Brasil, mientras que el conjunto italiano ganó la
Champions League a la Juventus desde la tanda de los penales.
El despertador a las 7 de
la mañana en argentina sonó en casi todos los lugares de nuestro país; algunos
por ir a trabajar; otros, por ir al colegio; y los demás, porque no solamente
para ver el partido.
Un encuentro que arrancó
muy parejo por ambos lados, sin embargo, fueron los tanos quienes pegaron
primero: desatención en la última línea y Tomasson –tras un exquisito pase de
Pirlo- quedó mano a mano con el Pato para definir entre las piernas del 1.
Aunque, la alegría duro pocos minutos porque Clemente Rodríguez escaló por la
izquierda, tocó para Guillermo Barros Schelotto, quien mandó el centro al punto
penal y Iarley la punteó pero el arquero brasileño dio rebote y apareció
Pucherito Donnet con una forzada media vuelta para definir con el arco a su
merced y provocar el delirio de todo el pueblo bostero.
Después de la igualdad,
el complemento fue a resguardarse, aguantar el resultado y si las piernas no
respondían que lo hagan con el corazón. Pocas situaciones hubo por ambos lados
y todo terminó igual hasta en el suplementario. Todo a los penales.
Allí un tal Roberto
Abbondanzieri se puso la capa de superhéroe: le tapó el primer penal a Pirlo,
le adivinó el palo a Rui Costa, aunque, no llegó a sacarla. Luego, el holandés Seedorf lo tiró por arriba del travesaño
y Costacurta le pegó a la tierra para que al Pato se le facilite la atajada.
Por el lado de Boca, Schiavi, Donnet y Cascini – definió el título- convirtieron,
mientras que Sebastián Battaglia, que jugaba su último partido erró su
oportunidad. El León se lamentó pero terminó festejando.
“De la mano de Carlos Bianchi todos la vuelta vamos a dar”, esa canción
que quedara inmortalizada para siempre en el corazón de los hinchas de Boca
porque el mito del Virrey seguía creciendo, continuaba haciendo historia en
Japón ya que había conseguido este título con Vélez en 1994 justamente contra
el mismo rival y posteriormente en el 2000 con el Xeneize contra los Galácticos
llenos de figuras: Roberto Carlos, Iker Casillas, Guti, Raúl, Fernando Hierro,
Claude Makelele… Y este año lo volvió hacer para que Boca ganara su tercera
Intercontinental en la historia.
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