domingo, 20 de noviembre de 2016

Ward es el nuevo campeón mundial semipesado



En una cerradísima pelea en el T-Mobile Arena de Las Vegas,  Andre “SOG” Ward derrotó por decisión unánime a Sergey “Krusher” Kovalev y se convirtió en el nuevo campeón semipesado AMB, OMB y FIB.


El combate que prometía mucho no decepcionó, pero sí dejó un sabor raro. Pactado a 12 rounds, como todos los de campeonato, el combate fue bueno en lo emocional, pero muy malo en lo deportivo, arruinado por la gran cantidad de infracciones cometidas por ambos púgiles. Fue una pelea sucia de la cual el más beneficiado fue el norteamericano.

En el primer round el ruso salió con todo, acortando el ring, manejando el timing, golpeando al rival a su antojo. Fue en ese primer episodio cuando con una potente izquierda hizo tambalear a Ward.

El segundo capítulo fue el mejor del “krusher”, haciendo valer su apodo (demoledor) lastimó al norteamericano como nunca antes nadie lo hizo. Hasta que con una fuertísima derecha cruzada mandó a la lona al moreno, haciendo creer a los aficionados que esto se terminaba rápido. Finalmente se levantó y sobrevivió.

             
La primera etapa del combate fue de dominio absoluto del campeón, daba la sensación de que si pisaba el acelerador se terminaba. Por momentos hizo ver al Ward como un inexperto, desesperado por sobrevivir a su imparable ofensiva.

A medida que pasaban los episodios Kovalev parecía quedarse sin combustible, y Ward encontraba la manera de bloquearlo. Abuso de clinch, codazos, golpes bajos, cabezazos, golpes de conejo y a los riñones, forcejeo y más mañas fueron el antídoto para frustrar al campeón. Que en una riña por demostrar quién era “el más macho”, respondía con más infracciones. Por momentos parecía una riña propia de la salida de un local bailable, más desorden que técnica, más guapeza que estilo.

El combate continuó con un círculo que se repetía, en el intercambio y el boxeo el ruso salía mejor parado, pero en el terreno de las mañas el “Hijo de Dios” sacaba provecho. Así fue como el excampeón supermedio y medallista olímpico fue sumando asaltos valiosos.

                        
Los rounds de campeonato básicamente fueron mucho clinch y pocas nueces. Terminó el combate y todos concluían que fue una pelea cerrada, con tendencia a victoria de Kovalev, pero nada estaba dicho aún. Ambos se sentían ganadores.

Cuando Michael Buffer dictó las tarjetas de los jueces, Andre Ward festejó y Sergey Kovalev no lo podía creer. Decisión unánime, triple tarjeta 114-113 a favor del local que se convirtió en el nuevo monarca semipesado unificado AMB, OMB y FIB. Fue un match muy reñido, un solo round de diferencia, la victoria podía haber sido para cualquiera de los dos, quizás lo más justo hubiera sido un empate.

Al finalizar la contienda el destronado campeón ruso se mostró frustrado e incrédulo ante el dictamen de los jueces y pidió la revancha. El flamante nuevo campeón dijo que estaba a dispuesto a conceder un rematch, pero seguramente después de sentir el poder del “Krusher” va meditar un largo tiempo esa posibilidad.


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