domingo, 4 de diciembre de 2016

Bocampeón y River en la B

Un cuatro de diciembre, pero del 2011, Boca se consagraba campeón del torneo Apertura de manera invictos y con el hecho particular, que su eterno rival, River, estaba jugando en la segunda división.

“El que no salta se fue a la B”, bajaba desde la tribuna de La Bombonera, que vivía la antesala del encuentro ante Banfield con dedicatorias al Millonario que había jugado el fin de semana y había caído en Corrientes frente a Boca Unidos. Las cargadas no tardaron en llegar: “Madres hay muchas, pero papá uno solo Boca Unidos 1- 0 River ¿Ahora qué vas a decir?”, “Tu abuelo – tu papá”, con los escudos del elenco de la Ribera y el correntino en la imagen.

Sin embargo, en la previa en estadio Alberto J Armando se vendieron remeras con dedicatorias especiales entre ellas la que decía: “Yo te vi último, yo te vi en la promoción, yo no te vi más”. Además, todo el cotillón estuvo acompañado del infaltable fantasma del descenso.
No cabía un espacio más en La Bombonera, que era el principal testigo de un recibimiento magistral con papelitos, globos y fuegos artificiales. Los hinchas lo sabían, los jugadores y cuerpo técnico también, el Xeneize podía gritar campeón después de tres años, de manera invicta, con dos fechas más por jugarse y con el clásico rival en la B Nacional. Nada podía salir mal.
Y fue una fiesta, porque Darío Cvitanich abrió el marcador a los nueve minutos y el delirio en las tribunas se empezó a sentir; más precisamente cuando el autor del primer tanto colocó el 2-0 antes de finalizar la primera etapa con una volea extraordinaria para que la hinchada ya lo saboreaba y comenzaba a gritar “Dale campeón, dale campeón”. Los futbolistas se iban al vestuario con un resultado favorable y con los aplausos del hincha, que seguían festejando: “Desde La Boca salió el nuevo campeón”.

No obstante, eso no era todo porque al minuto de juego Diego Rivero clavó un derechazo imposible para el arquero del Taladro. El resultado ya era para la tranquilidad y el festejó, aunque, faltaba la frutillita del postre: el ingresó de Juan Román Riquelme. El 10 se encontraba en el banco de suplentes a causa de una molestia en su pie izquierdo, pero pese a ello el entrenador de ese momento, Julio César Falcioni, lo llamó antes de los 20 minutos para que el “Riquelme, Riquelme, Riquelme”, comenzara a bajar desde los cuatro sectores del estadio. Los minutos pasaban y los fanáticos se acordaban del eterno rival. Terminó el match y La Boca fue una verdadera fiesta azul y oro. 
Riquelme levantando el título 



Ph: Télam


Afiches 





El paso a paso 
Todos los goles del campeón 

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