Un día como hoy, pero del 2001, Diego Armando Maradona le decía adiós a la pelota profesionalmente en su despedida disputada en La Bombonera.
Siempre nos dicen que las notas se tienen que escribir en tercera persona, pero esta vez romperé con las reglas y escribiré algo que me pasó a mí. Aquella tarde del 2001 con tan solo siete años me encerré en la habitación de mi abuela para poder disfrutar del partido homenaje que iba a tener a las grandes figuras como Valderrama, Higuita, el Enzo Francescoli, Juan Román Riquelme, Oscar Cordoba, Jorge Bermudez, Cantoná, entre otras.
Pero todas las miradas
estaban puesta en el 10, que iba a jugar para la Selección Argentina que dirigía
Marcelo Bielsa con la cinta de capitán, mientras que el rival estaba el equipo
de las Estrellas. Y con el dato no menor de que Pelé se encontraba en los
palcos y recibió la silbatina de más de 50 mil personas.
Si bien el resultado es un decorado, el combinado nacional ganó 6-3 con dos goles de Maradona de penal. Pero también un hecho que me marcó fue cuando se sacó la camiseta celeste y blanca para jugar con la de Boca con la 10 en la espalda y el apellido de Riquelme, ese jugador que mostraba su talento y que con el correr del tiempo se iba a convertir en uno de los máximos ídolos.
Si bien el resultado es un decorado, el combinado nacional ganó 6-3 con dos goles de Maradona de penal. Pero también un hecho que me marcó fue cuando se sacó la camiseta celeste y blanca para jugar con la de Boca con la 10 en la espalda y el apellido de Riquelme, ese jugador que mostraba su talento y que con el correr del tiempo se iba a convertir en uno de los máximos ídolos.
La fiesta llegaba a su final, fuegos artificiales y las palabras del exjugador que me hicieron llorar de la emoción con una frase que quedó marcada para toda la historia y toda mi vida: “El fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo; que eso no le quepa la menor duda a nadie. Porque se equivoque uno, no, no tiene que pagar el fútbol. Yo me equivoqué y pagué. Pero…pero la pelota no, la pelota no se mancha”.
“Gracias a este templo del fútbol que es La Bombonera (ovación). Muchos, hablábamos, muchos “caudillos” se cagaron en esta cancha. Muchos “caudillos”, que decían que jugaban en todas partes del mundo, cuando venían acá iban muchas veces al baño. Por eso, no hay cancha como esta. Para disfrutar, para… para presionar al rival. Por eso le agradezco a Dios que haya creado La Bombonera y que… y que me haya hecho de Boca”, elogió el 10.
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