El
Aconcagua, en la provincia de Mendoza, es la montaña más alta del continente
americano: 6962 metros. Así, Summit Aconcagua nació con la idea de promover el
deporte, la vida saludable y promover los valores olímpicos.
Para
realizarlo, se eligieron a 12 deportistas de diferentes áreas con algo en
común: sus historias de superación relacionadas con el deporte. Además de esta
decena de personas se les unirá una más seleccionada a raíz de un sorteo y un
equipo de profesionales en distintas áreas.
· Santiago Lange, quien antes
del oro olímpico en Río logró superar una batalla contra el cáncer de pulmón.
“Mi filosofía de vida y todo lo que aprendí
a través del deporte me ayudó mucho en los momentos más difíciles que debí
afrontar en este último tiempo”, manifestó el veterano navegante.
· Julián Weich, actor y
colaborador en varias ONG. Según él, el rugby lo formó como persona en todas
las etapas de su vida.
“El rugby en sí es socio-formativo y
entonces es inevitable que te marque. Te enseña cómo enfrentar una adversidad,
a respetar las leyes, al árbitro a pesar de que se equivoque. Te marca muchos
conceptos que son muy útiles para la vida de cualquier persona”, dijo el conductor
argentino.
· Fabricio Oberto, miembro de la
Generación Dorada, campeón de la NBA, sufrió un problema cardíaco que puso en
riesgo su carrera, pero continuó jugando hasta los 37 años, cuando se retiró.
· Silvio Velo, pensando que
su ceguera de nacimiento complicaría su vida, hoy es considerado el mejor
jugador de fútbol sala para ciego del mundo.
“Tuve una niñez muy feliz; jugaba al fútbol,
andaba en bicicleta y me divertía con mis amigos, a pesar de ser ciego de
nacimiento. No poder ver no me limitó para nada”, afirmó el capitán de Los
Murciélagos.
· Tommy Heinrich, fue el
primer argentino en llegar a la cima del Everest pese a que, tras un accidente
de niño le dijeron que no iba a volver a caminar.
· Oscar Melchiori, triatleta
y maratonista que recibió un trasplante de páncreas y riñón a los 32 años.
· Leandro Witruk, nació con
una malformación congénita por la cual su pierna izquierda no completó el
desarrollo. Hoy juega al rugby en el plantel superior de Hurling.
· Elisa Forti, con 82
años y llegó al país desde Italia, escapando de los horrores de la Segunda
Guerra Mundial. Hoy corre carreras de aventura y de calle.
“Correr
me dio mucha seguridad y me permitió salir de mi casa. Yo siempre fui muy
tímida y cuando falleció mi marido decidí recluirme en casa. Con las carreras
aprendí que se puede vivir de otra forma. Correr me devolvió la vida”,
aseveró “la nona que corre”.
· Dolores Avendaño, es
ilustradora, a quien correr le cambió la vida.
· Alvaro Casillas, era uno
de los toreros con mayor proyección hasta que un toro le propinó varias cornadas
que le lesionaron su pierna derecha. Debió operarse y tras una larga
recuperación, se dedicó al triatlón.
· Ezequiel Baraja, fue
detenido y condenado a seis años y ocho meses de prisión por robo calificado.
En la cárcel conoció el equipo de rugby Los Espartanos, que le cambió la vida.
Hoy, en libertad, trabaja, cuida a sus hijos y sigue jugando con su equipo en
la Unidad Penitenciaria.
“Gracias
a mi esfuerzo, a mis compañeros y al deporte pude insertarme en la sociedad
cuando recuperé la libertad”, reconoció el rugbier.
· Peter Czanyo, tras ser
diagnosticado con cáncer de pulmón, transformó su vida sedentaria y cambió sus
hábitos, recuperando también su salud. A sus 61 años corre, escala, es
presidente de la Fundación Pacientes de Cáncer de Pulmón y activista en la
lucha contra el tabaquismo.
Todas historias
diferentes que se encontrarán para alcanzar un mismo objetivo en febrero de
2018: ascender hasta la cumbre más alta y clavar la bandera de los Juegos
Olímpicos de la Juventud. Una anécdota que marcará a todos para bien al
demostrar que siempre habrá esperanza ante cualquier adversidad.
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