martes, 11 de octubre de 2016

Fue una lágrima

Foto: Diario La Nación.

Sin rebeldía, sin juego y con niveles individuales paupérrimos, el seleccionado argentino cayó por 1 a 0 ante Paraguay en Córdoba y a falta de 8 fechas se encuentra en la zona de repechaje camino a  Rusia 2018. 


Como ante Venezuela y Perú, el seleccionado argentino volvió a exponerse como un equipo sin rebeldía, sin movilidad, largo, inconexo, con individualidades preocupantes y sin ideas colectivas. Equilibrio es lo que más se enalteció en los equipos comandados por Edgardo Bauza, sin embargo, al menos desde que se sentó en el banco de la celeste y blanca, fue lo que menos transmitió su equipo.

En la primera parte, el gol de los visitantes llegó tras un total desequilibrio que se inició con un ataque del local y que culminó con una contra feroz en la que Derlis González como pancho por su casa corrió poco más de 40 metros sin marca y que tras la salida de Sergio Romero definió al primer palo para el 1 a 0, que finalmente sería definitorio. 


Con el marcador abajo, Paraguay desnudó aún más los problemas de elaboración de la Argentina, ya que le dejó la posesión del balón y consigo llegaron jugadas sin sentido, con pases sin peligro y en consecuencia pocas chances de gol, salvo por un remate de Ángel Di María que pegó en el palo.  

En ese contexto, y con un Javier Mascherano y Éver Banega totalmente solitarios en el mediocampo tanto para crear como para contrarrestar los avances guaraníes, Nicolás Gaitán fue el único que demostraba algo de desfachatez y compromiso, pero, como es ley, uno sólo no puede si el equipo no lo sigue detrás. 

Al comienzo de la segunda parte, la albiceleste tuvo desde los doce pasos una chance ideal para igualar el encuentro, sin embargo Sergio Agüero anunció el tiro y Justo Villar se lo detuvo sin problemas, mientras los silbidos se hacían sentir en el Mario Alberto Kempes. 

Al minuto, nuevamente, el del Manchester City tuvo una ocasión ideal, pero otra vez el portero visitante salió victorioso. Con las ocasiones desperdiciadas la impaciencia se hizo eje de la noche, los delanteros argentinos chocaban una y otra vez con los defensores de los dirigidos por Chiqui Arce y los minutos pasaban. 

Paulo Dybala por el volante del Benfica, Lucas Pratto por el del Inter de Italia fueron los cambios del ex dt de San Lorenzo para torcer el rumbo, pero que poco estuvo de torcerse, ya que las asociaciones, las triangulaciones y las sociedades siguieron brillando por su ausencia, debido a que el cinco del seleccionado fue el que intentó elaborar, función que nunca cumplió en su carrera. Es más, la albiceleste fue por el camino más fácil hasta la finalización del cotejo: el del pelotazo para la cabeza de Gonzalo Higuain o el del Atlético Mineiro. 

Un gol mal anulado, tras un tiro libre, y un tiro del Pipita desde la medialuna del área grande fueron las únicas emociones que hicieron levantar al estadio que lejos estuvo de ser una fiesta por recibir a los jugadores argentinos y que tras la finalización los despidieron con silbidos. 

Con esta derrota y disputadas diez fechas la Argentina se encuentra en zona de repechaje, pero lo más preocupante no es eso, sino que el nivel demostrado en estas dos fechas, es por eso que más que ver la tabla, Bauza debería pulir varios aspectos tanto colectivos como individuales para así poder enfocarse en la clasificación, que por ahora, no es segura. 


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